“Mafalda: La tira cómica que cambió al mundo”
- Maximiliano Castillo
- 4 abr 2024
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Durante el marco de la FIL Guadalajara de este año se dieron gran cantidad de foros y conferencias. Una de las que merece especial mención fue la dedicada a Mafalda, la tira cómica argentina que impactó en la sociedad latinoamericana durante la segunda mitad del siglo pasado, y que aún hoy mantiene remanentes palpables.
Mafalda llegó como invitada especial a ésta edición de la FIL, pudiendo encontrarla a ella y a sus amigos en las paredes de toda la exposición, en carteles y en boca de los visitantes. El día domingo 26 de noviembre se dio la conferencia titulada “Mafalda: La tira cómica que cambió al mundo”, presentada por el bien conocido Benito Taibo y el propio editor de Mafalda, Daniel Divinsky. La presentación biográfica de Divinsky dio a entender la vida que tuvo el editor de Quino: el golpe militar de 1966 causó un impacto directo en sus estudios. También fue víctima de la dictadura de 1976, siendo apresados él y su esposa por cuatro meses y medio y obligándose al exilio en Venezuela.
Es en 1970 cuando Quino le pide personalmente a Divinsky que se encargue de la edición de Mafalda. Éste, siendo amigo del humorista y teniendo además una inclinación hacia los ideales progresistas plasmados en la tira, decidió aceptar la oferta.
Divinsky explicó que, a pesar de ser una tira cómica, Mafalda no estaba dirigida al público infantil ni mucho menos, a decir verdad, cualquiera que haya leído algún panel de ella lo sabría. “No es una historieta para niños, es una historieta con niños” afirmó. Benito Taibo asintió enérgico al escuchar esto, y procedió a contar ciertas anécdotas de su primer contacto con la historieta. El uso de niños como personajes principales no es sino un recurso del autor para representar a la juventud, preocupada por su entorno social y desbordante de ideas modernas y progresistas. Aquí entra a colación el tema de la sopa, sí, la sopa, y es que entre las muchas metáforas utilizadas por Quino como chistes internos para ejemplificar problemáticas sociales, la sopa es tal vez la más usada, así como la más profunda. A lo largo de la historieta, Mafalda deja en claro su disgusto por la sopa, más que eso, la repudia. Esto resulta irónico al escuchar a Divinsky afirmar que Quino la adoraba, al punto de poder vivir tan sólo de ella. Entonces ¿por qué usarla como símbolo de “repelús”? El editor respondió a esto de la siguiente forma: “Quino adoraba la sopa, pero él la usaba como la representación de lo que la dictadura nos obligaba a hacer”. Así pues, no es que a Mafalda no le gustara comer sopa, lo que le desagradaba era la obligación impuesta de hacérsela comer. La autocracia de la sopa, el pensamiento impuesto por terceros, la obligación de actuar bajo un régimen…
Todos estos valores se imprimieron en la sociedad argentina de los sesenta, que creían estarse viendo en un espejo. Taibo aseguró que “Quino es, de alguna manera, el padre de la clase media argentina”. La vez en que el padre de Mafalda pudo comprar por fin un carro propio para su familia, por ejemplo, representaba a la medida la situación de cientos de familias argentinas.
Las ideas maritales de Susanita; la mentalidad económica de Manolito; la contradictoria personalidad de Felipito, preocupadiza a la vez que perezosa; y la incansable curiosidad de Mafalda. “Cada personaje de la historieta tenía una pizca de la personalidad de Quino, a excepción tal vez de Susanita”, coinciden Benito Taibo y Daniel Divinsky.
Mafalda ha cruzado fronteras, siendo traducida a más de 30 idiomas, el editor recalcó la dificultad por la que pasaron para lograr transmitir el mensaje de la historieta sin que perdiera su esencia. Ya que es una tira esencialmente latinoamericana, y lo que más, argentina, el proceso de traducción a ciertos idiomas fue duro, ya que el idioma y la cultura están ligados de forma intrínseca. Tal fue el caso de Estados Unidos. A Divinsky se le propuso llevar a Mafalda al país norteamericano de mano de la editorial Scholastic, sin embargo, después de su publicación, se le hizo saber que los niños no entendían la historieta. Al parecer, los mensajes sociales no encajaban en la realidad estadounidense. Cuando se le preguntó a Divinsky el por qué, éste contestó: “Mafalda es demasiado sofisticada para los niños norteamericanos”, siendo aplaudido por la audiencia.
Benito Taibo declaró que Mafalda era como un Pepe Grillo, sin embargo, también advirtió que no era ningún oráculo para contestar preguntas, sino que su objetivo es hacernos reflexionar para crear nuevas preguntas.
Por último, Daniel Divinsky argumentó que, aunque Mafalda soñara con un mundo sin problemas, ella no podría existir en él: “El humor gráfico necesita el contra, nunca puede estar a favor”. Taibo añadió con su clásico humor que, en realidad, ninguno de los presentes podría existir en dicho mundo.
Mafalda se ha coronado como la historieta latinoamericana por excelencia, imprescindible para comprender una clase media y una juventud inconforme, realidad vigente hasta el día de hoy. Por ello, tanto Quino como su obra se han ganado un asiento permanente en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, donde continuará expresándose de forma libre, sin tapujos, y aun más importante, sin sopa.
Maximiliano Castillo ha hecho un trabajo excepcional al capturar la esencia y la importancia de este evento, ofreciendo no solo un recuento detallado de las presentaciones de Benito Taibo y Daniel Divinsky, sino también proporcionando un análisis profundo de cómo Mafalda y su universo siguen siendo relevantes en nuestros días.